La Casa Torre Aledo y su entorno recuperan su esplendor

La actuación privada permite la recuperación del histórico edificio ubicado en la pedanía de Churra, una de las pocas casas señoriales tradicionales que se conservan en el municipio, que a partir de ahora albergará una residencia para personas mayores con capacidad para 150 usuarios

El concejal de Planificación Urbanística, Huerta y Medio Ambiente, Antonio Navarro, ha visitado la Casa Torre Aledo y su entorno, en la pedanía de Churra, tras la reciente rehabilitación que se ha realizado en la zona con inversión privada.

El histórico edificio, también conocido como la Casona de Carolina Codorniú, es una de las pocas casas señoriales tradicionales murcianas que quedan en el municipio de Murcia. Ahora albergará una residencia de personas mayores con capacidad para 150 personas. La restauración ha sido posible gracias al Plan Especial para modificar y ampliar los usos de la parcela aprobado en enero de 2021 por la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Murcia.

"Gracias a esta intervención, se ha facilitado la rehabilitación y recuperación de este inmueble, clasificado como bien integrante del patrimonio cultural de la Región de Murcia con la categoría de bien catalogado por su relevancia cultural", ha señalado Antonio Navarro.

Los trabajos realizados han supuesto una inversión de 4 millones de euros, contando con el visto bueno de la Dirección General de Bienes Culturales. La nueva residencia de personas mayores tendrá capacidad para albergar a 150 usuarios, que recibirán servicios como fisioterapia, enfermería y centro de día. Asimismo, se restaurará el Escudo del Marqués de Aledo, declarado Bien de Interés Cultural, y una ermita cercana.

Superficie total de 12.000 metros cuadrados

 La superficie total de suelo sobre la que se han ejecutado las actuaciones para el desarrollo del proyecto asciende a 12.000 metros cuadrados.

El inmueble, que se encuentra en la urbanización La Ladera, en Churra, y que fue propiedad en un principio del Marquesado de Aledo, no tenía uso desde que falleció su propietaria en 1985.

Posteriormente, la vivienda fue adquirida por Juan Antonio Pérez Urruti y Carolina Codorniú Bosch (1891-1985), hija del ingeniero de montes que repobló Sierra Espuña, Ricardo Codorníu y Starico (1846-1923), y tía del inventor del autogiro Juan de la Cierva.

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