Para ello, Susana Pallarés, licenciada en Ciencias Ambientales y doctora de la Universidad de Murcia, principal autora del estudio, explica la metodología aplicada: "Individuos de las dos especies fueron expuestos en el laboratorio a una salinidad alta para medir una serie de respuestas fisiológicas (supervivencia, pérdida de agua y concentración iónica de los fluidos internos) durante una exposición posterior a desecación, y en otro conjunto de experimentos se hizo la secuencia contraria, exposición primero a desecación y después a salinidad". La respuesta que se encontró en el primer caso se conoce como 'tolerancia cruzada': la exposición a un estrés, salinidad, favorece la resistencia a otro estrés posterior, desecación. En cambio, cuando el primer factor de estrés es la desecación, disminuye la tolerancia a la salinidad. Dicho con otras palabras, las respuestas dependen del orden de exposición a los factores, mostrando que los efectos combinados de varios factores estrés son mucho más complejos que sus efectos aisladosLas especies estudiadas son capaces de tolerar salinidades muy elevadas ya que tienen mecanismos fisiológicos muy eficientes para excretar sales y conservar agua, que pueden ser beneficiosos cuando son expuestos posteriormente a una desecación moderada. En cambio, la desecación es un estrés mucho más extremo para estos organismos acuáticos, que conlleva una pérdida de agua y aumento de la concentración iónica de los fluidos internos muy rápido. Esto puede impedir el correcto funcionamiento de los mecanismos de regulación iónica, explicando la respuesta encontrada cuando los individuos son primero expuestos a desecación y después a salinidad. La ambientóloga resalta que puesto que los efectos del cambio climático en los ecosistemas acuáticos continentales mediterráneos serán precisamente un aumento de la aridez y de la salinidad, es imprescindible conocer los mecanismos de respuesta frente a estos factores para predecir el impacto del cambio climático sobre la biodiversidad acuática. Además, esta aproximación "multi-estrés" es necesaria para detectar "respuestas que son difíciles de predecir cuando se evalúa un solo factor, porque no son efectos aditivos, sino sinérgicos o antagónicos", aclara la investigadora.El estudio ha sido realizado por los miembros del grupo de investigación de Ecología Acuática: Susana Pallarés, María Botella-Cruz, Paula Arribas, Andrés Millán y Josefa Velasco.Artículo completo: Pallarés, S., Botella-Cruz, M., Arribas, P., Millán, A. & Velasco, J. Aquatic insects in a multistress environment: cross-tolerance to salinity and desiccation. Journal of Experimental Biology, 220: 1277-1286.
La UMU investiga cómo la salinidad y la aridez afectan a los escarabajos acuáticos
Un artículo de la UMU publicado en la revista Journal of Experimental Biology evalúa los efectos de la combinación de salinidad y desecación como factores de estrés en dos especies de escarabajos acuáticos. La principal novedad de este estudio es que investiga los efectos combinados de dos factores de estrés (salinidad y desecación) de forma simultánea, intensificados como consecuencia del cambio climático. En concreto, se trata de dos escarabajos típicos de ramblas y arroyos salinos del sureste ibérico: Enochrus jesusarribasi (Hydrophilidae) y Nebrioporus baeticus (Dytiscidae). Asimismo, los ambientes estudiados son singulares, y están amenazados por las actividades humanas y la aridificación asociada al cambio climático. Lo que supondrá un aumento de la temporalidad y la salinidad del agua en muchos de nuestros ríos y humedales.
Fuente: Universidad de Murcia