La buena temperatura y el día soleado en la Fuensanta animó a más de 150 jóvenes de distintos pueblos, convocados por el Obispo de Cartagena, a comenzar el primer domingo de cuaresma con un retiro espiritual.
Desde primeras horas de la mañana los asistentes se congregaron en el convento de las Carmelitas Descalzas de Algezares para vivir un desierto en el espíritu. La jornada comenzó con una oración que dio paso a la meditación de Monseñor Lorca Planes.
En sus ponencias, éste hizo referencia al Himno de San Juan de la Cruz: “Bien se yo la fonte mana y corre“.
Ante la asamblea de los jóvenes, el obispo, comparando las palabras del Santo, señaló que “cada uno de nosotros estamos en la noche, aunque Dios va encendiendo luces para guiarnos.
La herramienta para ver esas luces no es otra que la fe”.
Por otra parte, el prelado explicó el pasaje de los discípulos de Emaús aplicado a la vida cotidiana de los cristianos.
“Hay momentos en nuestra vida que parece que se ha ido la luz… pero, es en realidad cuando Jesús sale al encuentro”. “Lo importante es buscar la libertad, el amor verdadero.
El mundo nos ofrece muchas cosas, pero el cristiano ha de seguir buscando, porque nada humano calmará nuestra sed” afirmó Lorca Planes.
Siguiendo con el evangelio de Emaús, el Pastor de la diócesis argumentó que “los discípulos lo conocieron de primera mano, pero cuando estuvo delante de ellos no lo reconocieron.
A nosotros nos ocurre algo parecido.
Hemos conocido a Jesús, y sin embargo, no sabemos verlo cuando lo tenemos delante…tiene que ser Él quien abra nuestros ojos”. Monseñor José Manuel Lorca, dirigiéndose a los jóvenes, afirmó que “Jesús sabe ver lo que cada uno lleva en su interior, es la mejor prueba de conocer que uno no está solo”.
Además, a lo largo de la meditación, el obispo aseguró que “la fe no se apoya en una mera leyenda, sino que existió. Y prueba de ello, son los primeros testigos de fe”. También, aprovechó la oportunidad para animar a los asistentes a participar en la Jornada Mundial de la Juventud.
“No sólo hemos de preparar lo externo del encuentro, sino nuestra vida interior para vivirlo”. El retiro concluyó aludiendo de nuevo a San Juan de la Cruz: “La fuente está inscrita en nuestro corazón.
No es difícil encontrarla, se trata del Amor”. Un retiro que ha dado sus frutos en algunos de los jóvenes participantes. Por ejemplo, para Juan Manuel Zapata, joven de Mula, “las meditaciones me han hecho pensar sobre el sentido que debo darle a mi vida”.
“Me quedé con una frase que tocó mi corazón: Jesucristo no caduca, está para siempre“.
Otro de los jóvenes que vivió el retiro, Antonio Rodríguez de Archena, explicó a esta redacción que “el retiro me ha servido para descubrir que la oración y la Eucaristía deben ser algo constante en mi vida para conocer la misión que Dios tiene para mí”.
Tras las meditaciones, el Delegado de PastoralJuvenil, Manuel Verdú presidió la Eucaristía ante la imagen de la Morenica.
La jornada finalizó entre juegos y cánticos.