La tesis doctoral, ha sido leída en la facultad de Educación por Laura Gómez, siendo su director el catedrático de Didáctica y Organización Escolar Francisco Javier Ballesta Pagán. El trabajo investiga sobre la situación en la que se encuentran los profesores tras la pandemia mundial de Covid y los cambios que el haber tenido que desarrollar la labor docente desde casa podría haber generado en las aulas.
En la tesis han participado 226 maestros de Educación Infantil y Primaria, en una encuesta en la que realizaron 19 entrevistas individuales semiestructuradas. Según el estudio, el nivel competencial es superior al que los propios maestros creen tener.
Los resultados indican que a todos les parece importante esta competencia para el desarrollo de sus clases, así como para la realización de tareas de gestión y burocratización a la que están sometidos los docentes. Además, demuestran muy buena predisposición a la formación continua, aprendizaje experimental, visionado de videos, descubrimiento de plataformas o aplicaciones, aprendiendo día a día con el uso y la práctica.
Entre las propuestas de mejora de la Competencia Digital Docente (CDD) por las que abogan, se cuenta los cambios en la formación y que ésta sea práctica y con continuidad. Comentan que en estos últimos años se ha producido un aumento de la formación y en el número de dispositivos como Chromebooks y tablets en los centros, pero también se reflejan aspectos negativos de estos cambios como la disminución del contacto con las familias, el trabajo más individualizado de los alumnos y la escritura y las reglas ortográficas, ámbitos donde se observan dificultades por la incorporación de las nuevas tecnologías.
Las TIC que utilizan nuestros docentes son pizarras digitales o proyector, y las actividades que más realizan son presentaciones, asambleas, actividades interactivas o juegos. No obstante, la utilización de los dispositivos electrónicos en el aula depende de la capacidad y actitud del docente, puesto que algunos tienen la sensación de que limitan a sus estudiantes. El estudio concluye con que existe la necesidad de estudios neurocientíficos que estudien los beneficios e inconvenientes del uso de estos dispositivos en el aula en estas etapas educativas, porque sus estímulos son muy adictivos. Se indica, además, que la motivación que les proporciona no sería necesaria en edades muy tempranas.
En cuanto a las asignaturas en las que los docentes utilizan más las TIC son las áreas de idiomas y ciencias; aunque también se han nombrado matemáticas y lengua, a pesar de que somos la primera Región que este año ha incorporado que no se podrán utilizar medios digitales para la lectura, escritura y cálculo hasta 5° de Primaria.
En función de todo ello, la autora considera que es necesaria una formación real para estos docentes, un apoyo entre la investigación universitaria y las aulas, dando a conocer otros recursos TIC adaptados a estas edades, así como abordar la competencia en los docentes y ponerla en contexto con los estudiantes, valorando los inconvenientes que se pueden generar en la infancia.
