La fiesta, que ha sido un éxito de convocatoria, incluyó una demostración de la técnica artesana del ‘deshojado’
La ciudad de Murcia se ha convertido esta tarde en una gran fiesta de exaltación del producto estrella de nuestra gastronomía durante la celebración del Segundo Día del Pastel de Carne murciano. Y los participantes no quedaron defraudados. Alrededor de 15.000 personas se han dado cita en la plaza de Belluga para saborear el típico manjar murciano.
De esta forma, el Segundo Día del Pastel se ha convertido en el acto más multitudinario de la Fiestas de Primavera, después del Bando de la Huerta celebrado ayer.
El Alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara, ha destacado que “Murcia, como le sucede a las ciudades con un espléndido pasado, puede definirse por su rica cultura, la solidaridad de sus gentes, el enorme patrimonio histórico y artístico, incluso su gastronomía variada, fruto de la fusión entre la huerta, el campo y el mar”. El Primer Edil ha añadido que “si existe algo que desde antiguo condensa y describe nuestra forma de vivir es el pastel de carne. Durante siglos, esta especialidad, cuya exquisitez han alabado los más prestigiosos cocineros, ha servido a la ciudad como un auténtico embajador más allá de nuestras fronteras. Y hoy, en una sociedad que avanza hacia la globalización absoluta, es de justicia que impulsemos y promovamos en todo el mundo el conocimiento de este manjar”.
Medio centenar de pastelerías murcianas, bajo la dirección de la Asociación de Empresarios de Pastelería de Murcia, se encargaron del reparto de pasteles, que comenzó al concluir el desfile Murcia en primavera, a las 19.00 horas en la plaza de Belluga. Perfectamente coordinados, cada obrador preparó un número de determinado de pasteles de carne que, de forma escalonada, fueron repartidos. De esta forma se consiguió que estuvieran recién hechos cuando se ofrecieron a los asistentes a la fiesta.
Por otro lado, también se ha celebrado una exhibición en directo de la forma tradicional de elaborar el pastel de carne. Para ello, dos maestros artesanos, decanos de los pasteleros murcianos, han realizado una demostración del clásico deshojado, que permite obtener el característico hojaldre que recubre la pieza.