Tomatito y Diego El Cigala se reúnen de nuevo en el Auditorio de Murcia tras su encuentro en el mítico La leyenda del tiempo

Una década y media después de la desaparición del más ilustre y genial de todos los flamencos, Camarón, quien dejó la más profunda huella en la historia de su arte, quien marcó pautas para toda una generación y quien los unió por primera vez en La Leyenda del Tiempo, Tomatito y Diego El Cigala se encuentran de nuevo en sus respectivos caminos y llegan juntos al Auditorio de Murcia, programación Otras músicas, mañana jueves 17 de diciembre a las 21:30 horas. Las entradas cuestan 25 Euros.

Tomatito despunta como solista de máxima relevancia a partir de 1996, por su virtuosismo rítmico y estilo de toque a la vez rancio e innovador. Una personalidad extraordinariamente carismática y un compromiso continuo con el desarrollo y la difusión del flamenco a nivel mundial le han permitido ganar merecido reconocimiento, no sólo en el área musical sino también en el mundo del cine, el teatro y el arte. Ha colaborado con una multitud de intérpretes de todo el globo pero sin embargo se ha mantenido fiel a sus principios en sus numerosísimas avanzadillas por terrenos ajenos siendo acogido cada vez, como otro miembro más de la hermandad universal musical.

Oriundo de un territorio ya oficialmente reconocido como otro enclave cuna del flamenco, el rastro madrileño, Diego el Cigala sabía situar sus horizontes en el más allá cuando apenas tenía uso de razón. Es precisamente esta calidad excepcional, como persona y como artista, que le induce a profundizar en experiencias profesionales fuera del ámbito estricto del flamenco y trabajar de cerca con ilustres compañeros de reconocimiento internacional. También dotado de una presencia escénica cautivadora y también figura de ilimitada versatilidad, su larguísima trayectoria da fe de que pertenece a la elite de la música española.

Estos dos músicos han sabido conjugar la fidelidad a su herencia racial con la capacidad de traspasar barreras ideológicas. Han rechazado restricciones culturales impuestas, además de supuestos límites personales para enriquecer su obra con matices armónicos y rítmicos conferidos a raíz de abrazar el Jazz Latino, el Rock, el Blues, el Bossa y demás formatos “jondos” del abanico musical global. A su vez, quizás destinados a continuar aquella Leyenda del Tiempo, han inspirado e influenciado a toda una nueva generación de jóvenes valores.

“Con el corazón en la boca y el alma en las manos”, como canta Diego en el disco de Aguadulce de Tomatito, el binomio promete arrasar tanto en España como fuera.

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