El Alcalde inaugura la nueva calle dedicada a la Virgen de las Angustias, titular de la Cofradía de los Servitas

Miguel Ángel Cámara destaca la gran devoción que despierta entre los murcianos una de las más bellas tallas de Francisco Salzillo

El Primer Edil también ‘metió el hombro’ bajo la tarima de la espléndida imagen que se venera en San Bartolomé

El Alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara, ha inaugurado esta mañana la nueva Calle Virgen de las Angustias, ubicada entre la parroquia de San Bartolomé y la calle Platería. Al acto han asistido numerosos cofrades de la Cofradía de Servitas de Nuestra Señora de las Angustias, quienes le han transmitido su agradecimiento por el homenaje que el Ayuntamiento de Murcia rinde a la imagen.

El Alcalde Cámara ha destacado que la Cofradía encargó en 1.740 al escultor Salzillo la imagen que actualmente se venera “y que puede ser considerada, sin lugar a dudas, como una de las más bellas creaciones de la imaginería dieciochesca española, así como una de las más representativas de la producción de este imaginero murciano”.

Así se inició el origen del cortejo procesional de los "azules" también conocido antiguamente como la procesión del Domingo de Ramos, presidido únicamente por ese paso de la Virgen de las Angustias, que previamente a su salida era trasladado, con gran pompa y aparato, al convento de las Reverendas Madres Agustinas del Corpus Christi, donde se procedía a su arreglo floral.

Costumbre ésta que se mantuvo hasta principios del siglo XX. En 1.874 la cofradía incorporó un nuevo paso integrado por uno de los bellísimos ángeles adoradores que Francisco Salzillo realizó para el tabernáculo de la Iglesia hospitalaria de San Juan de Dios. Dicha figura se transformaba para este desfile profesional en un ángel pasionario, agregándosele a la imagen, seguramente, algún atributo de la Pasión de Cristo. Años después, en 1.894 el grupo titular de la cofradía se enriquecía con un espléndido trono de estilo rococó cuya realización fue encomendada al prestigioso tallista don Juan Martínez Cantabella, costeando la rica obra las camareras de la Virgen doña Antonia Borja y doña Dolores Noguera.

Los murcianos, desde siempre, han estado vinculados afectiva y devocionalmente a esta imagen, que siempre gozó del amor y el cariño de los habitantes de la ciudad. A su amparo y protección estuvieron entre otros los comerciantes de las céntricas calles vecinas a la parroquia de San Bartolomé así como los artífices y maestros plateros, bordadores, joyeros, etc., cuyos talleres estaban situados en los aledaños del templo. En la actualidad desfila el Viernes Santo por la noche.

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