Tania Costa, una periodista que cambió el Malecón cubano por el de Murcia

Marta Martínez

Murcia, 23 ene (EFE).- La periodista cubana Tania Costa, directora del diario gratuito "20 minutos" en Murcia, llegó a España hace diez años desde La Habana y se instaló en esta ciudad porque aquí reside una amiga del instituto que le habló del "Malecón" murciano.

Tania Costa, hija de uno de los cinco coroneles de Raúl Castro -fallecido de cáncer en el verano de 2006- confía en regresar tras la "transición tranquila" que, en su opinión, se producirá en su país y, entre tanto, cree que Murcia y Cuba tienen muchas más similitudes que diferencias, y cita sin dudar las "ganas de fiesta" que tienen las gentes de ambas partes.

Esta mujer de 35 años, perteneciente a la colonia de 600 cubanos residentes en la región de Murcia, es también tertuliana política en la televisión autonómica, y dice que su vida aquí está dedicada al "cien por cien" al periodismo.

Tania Costa, que habla alemán por su paso por el instituto de La Habana y que quiere aprender catalán, es hermana de dos doctoras -una de ellas camarera en Alicante y otra anestesista en Cuba- y seguidora en la religión "Yoruba" de "Yemayá", que traducido al rito católico es la Virgen de Regla.

Pregunta.- ¿Cuando llegó a España?.

Respuesta.- El 11 de enero de 1999, un día que recuerdo perfectamente porque aterricé en Madrid con 5 grados de temperatura y un vestido corto amarillo, sobre el que me tuve que poner una chaqueta vaquera.

P.- ¿Cómo fueron sus primeros años fuera de La Habana?

R.- Tras una breve y difícil estancia en Murcia viajé a Fráncfort porque estudié alemán en el instituto Goethe de La Habana. Allí tampoco tuve suerte y eché de menos Murcia, más pequeña, muy parecida a Cuba, y regresé a trabajar de camarera en varios locales y un tiempo después vendiendo libros.

Ahí descubrí lo difícil que es hacer leer a los españoles porque mientras en Cuba tienes que vigilar para que no te los quiten de las manos, aquí tienes que convencerles para que te los quiten.

P.- ¿Cuando empezó a ejercer el periodismo?

R.- En 2000 entré en el primer periódico gratuito que hubo, "Nueva Murcia", un año después empecé a trabajar en "El Faro" y de ahí pasé a llevar la comunicación del museo La Casa Pintada de Mula, de la Fundación del pintor Cristóbal Gabarrón, hasta que se abrió la edición regional del "20 Minutos".

P.- ¿Tiene relación con la comunidad cubana de Murcia?

R.- Sí. Somos unos 600, pero es difícil reunirnos si no hay un tambor y ron. Ahora estamos pendientes de abrir una nueva sede de la asociación para celebrar encuentros semanales los domingos.

Mantengo relación habitual con compatriotas médicos, ingenieros y escritores que antes o después podríamos ser útiles a nuestro país para modernizarlo.

P.- ¿Hay diferencias entre la forma de ser y vivir del cubano y el español?

R.- Por supuesto. Las ganas de fiesta son comunes, es increíble, pero nos separa que, mientras el cubano vive más el día a día, aquí tienen por meta el futuro.

Aquí hace calor, es insoportable, y no llueve. En La Habana lo hace todas las tardes de agosto.

P.- ¿Cómo una mujer graduada en la Escuela de Alto Rendimiento Especializada en Ciencias Exactas de La Habana, y con excelentes notas en la rama de biología, elige estudiar periodismo?

R.- Sólo había cinco plazas de periodismo para entrar en la universidad pero me empeñé porque desde niña devoraba libros, tanto es así que en aquellos tiempos, mi bisabuela y también su hija, ambas analfabetas, me los quitaban de las manos para que aprendiera a coser.

P.- ¿Ha pasado dificultades en su etapa de estudiante?

R.- En Cuba hay quienes dicen que no se pasa hambre, pero yo conozco el fuego en el estómago por el vacío, lo que combatía leyendo.

Vivía en el piso 21 de una residencia universitaria y no había luz, no funcionaba el ascensor, tenía dinero pero no había nada que comprar y, entonces, leía y leía. En esa etapa 'me puse al día' de toda la literatura latinoamericana, que sigo leyendo muchísimo.

P.- ¿Cómo es ahora Cuba?

R.- Lo que más me ha sorprendido de mi último viaje, en Navidad, es su religiosidad. Los cubanos ahora alardean de la religión.

Hay muchos creyentes del 'Yoruba', originaria de África y que está a medio camino entre la santería y la brujería. También hay una buena parte de población que profesa el protestantismo, y pocos católicos porque, quizá, se ve como una religión de blancos.

P.- ¿De dónde proceden sus antepasados?

R.- Yo firmo como Tania Costa, obviando el apellido Traba de mi madre, porque según me contaron mi bisabuelo era un criollo que traía esclavos de Haití. Este hombre estuvo en la guerra de la independencia de mensajero del ejército cubano contra los españoles. Mi padre es de ascendencia china y mi madre es mulata criolla, hija de gallegos. EFE

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