El Centro de Restauración recupera un gran óleo del XVIII del Museo de la Catedral y sendos crucificados del Carmen y Capuchinas

El importe de los trabajos realizados por los técnicos de la Comunidad Autónoma asciende a 18.000 euros

El director general de Bellas Artes y Bienes Culturales, Enrique Ujaldón, acompañado por el director del Centro de Restauración, Francisco López Soldevila, hizo entrega esta mañana, en la Catedral de Murcia, del cuadro ‘Batalla de Coraceros’, un ’Cristo Crucificado’, ambos anónimos, y un ’Cristo de la Salud’, de Juan González Moreno, obras recientemente restauradas en el centro dependiente de la Comunidad Autónoma por un importe total de 18.000 euros.

Enrique Ujaldón destacó, durante la entrega el trabajo realizado por el Centro de Restauración en la recuperación del patrimonio regional. Al acto también asistieron el deán de la Catedral, José Antonio Trigueros, el capellán de las Capuchinas, Domingo López, y el párroco de la iglesia del Carmen de Murcia, José Carrasco.

El Museo de la Catedral recibe ‘Batalla de Coraceros’, un óleo sobre lienzo de grandes dimensiones, datado en el siglo XVIII y de anónimo autor, que forma pareja con otro de parecidas dimensiones y asunto similar, y que responde a la tradición de la pintura de batallas. El tejido original, que cuenta con una preparación roja, mostraba la tela de lino muy deshidratada y quebradiza. Ofrecía una rasgadura de gran tamaño en la zona inferior derecha y presentaba un barniz oxidado y repintes en diferentes puntos de la obra. El importe de la intervención ha ascendido a 6.000 euros.

Las otras dos obras restauradas son escultóricas y, en ambos casos, crucifijos, aunque de muy distinto tamaño, estilo y datación. En un caso se trata de un pequeño crucificado perteneciente a la Iglesia del Carmen de Murcia, de sólo 60 centímetros, fechado en el siglo XVIII, aunque no de escuela salzillesca, y de autoría desconocida. Presenta un modelado suave y una composición general serena, concentrando el mayor barroquismo en la talla del paño de pureza. Pudo haber sido el crucifijo de mano de alguna otra imagen hoy desaparecida. La obra presentaba muchas grietas y fisuras estructurales. Los brazos estaban sueltos con respecto al tronco. Acumulaba, además, mucha suciedad, más evidente en las zonas superiores de los brazos, el cuello y los hombros. También eran muy evidentes los desgastes de policromías, sobre todo en piernas y rodillas, amén de la pérdida de varios dedos y parte del INRI. El tratamiento de que ha sido objeto ha representado un coste de 3.000 euros.

Finalmente, los técnicos del Centro de Restauración de la Comunidad Autónoma han intervenido sobre la imagen del Cristo de la Salud, que se venera en la iglesia conventual de las Capuchinas, y que conserva la cabeza original, salvada de la destrucción durante la Guerra Civil, datable en el siglo XVI, mientras que el resto del cuerpo fue realizado por Juan González Moreno. La imagen original fue venerada en Murcia desde el siglo XVIII, aunque procedía, según la tradición, de Alcira. Las fotografías conservadas de la obra destruida, así como la cabeza restante, responden, sin embargo, a la habitual codificación de las representaciones cristíferas del quinientos.

Por su parte, el cuerpo tallado por González Moreno, aún cuando remite a ciertos modelos arcaizantes, dista bastante del original, consiguiendo, con todo, una representación del cuerpo del crucificado acorde con los cánones de la escultura clasicista del Renacimiento. La imagen fue realizada en madera de pino, policromada sin preparación tradicional, únicamente una suave película de templa. La cabeza fue insertada en el nuevo cuerpo y todo el conjunto es policromado con la misma técnica, tan personal de González Moreno.

La obra presentaba muchas grietas y fisuras estructurales, hecho muy frecuente en la obra de este escultor, debido al tipo de madera usada y a los ensamblajes efectuados. Además, acumulaba mucha suciedad, más evidente en las zonas superiores de los brazos, el cuello y los hombros. También eran muy evidentes los desgastes de policromías, sobre todo en piernas y rodillas. El importe de los trabajos realizados asciende a 9.000 euros.

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