Pedro Sánchez-Campillo, de 79 años, defiende mañana una tesis que intenta aprovechar los subproductos de la industrialización del limón

Trabajar y aportar la experiencia acumulada en muchos años de trabajo es gratificante, y sin duda rejuvenece. Eso es algo que tiene muy asumido Pedro Sánchez-Campillo Sánchez, que a sus 79 años defenderá su tesis doctoral mañana viernes, día 16 de noviembre, en la Facultad de Veterinaria.

"El limón (Citrus Limon Burman F. L.) ingrediente natural en la elaboración de confituras de fruta de alta calidad" es el título de la tesis, que ha estado dirigida por José Laencina Sánchez, del departamento de Ciencia y Tecnología de Alimentos de la Universidad de Murcia; Presentación García Gómez de CTNC y Miguel Moliner Gosalbez, Director de investigación de Cimusa.

Que Murcia es la tierra del limón es algo que los murcianos llevan archivado en su código genético. El limón es la fruta de oro murciana. Sin duda fue la gran cantidad de estos cítricos en la Región lo que impulsó a Sánchez-Campillo a investigar la manera de aprovechar el subproducto generado en su industrialización para elaborar confituras de melocotón y otros productos alimenticios.

Tras su jubilación, en 1999, Pedro Sánchez-Campillo Sánchez ha seguido aportando su experiencia, sus conocimientos y consejos, en el Centro Tecnológico Nacional de la Conserva y Alimentación.

"Mi trabajo ha consistido siempre en implementar a la industria las nuevas tecnologías que iban produciéndose en el sector alimentario, nunca he perdido el contacto con la universidad desde mi parcela laboral en la fábrica, intentando conseguir productos que respeten el medio ambiente con tecnologías que lo traten de la mejor manera posible".

En el CTNC, al que Pedro Sánchez-Campillo acude diariamente, todos son más jóvenes que él. Probablemente, la media no se acerca ni a la mitad de los 79 años que exhibe en su carné de identidad: "Trabajar supone que uno tenga que enfrentarse de forma cotidiana a las dificultades propias del trabajo e intentar vencerlas, lo que a mí personalmente me mantiene en forma, pero además, es ilusionante y rejuvenecedor". "Las personas que trabajan conmigo son mucho más jóvenes que yo –añade Sánchez-Campillo-, el trabajar con ellos, poder aportarles mis experiencias, es enormemente gratificante, me muestran continuamente su agradecimiento por mis consejos y me ilusionan, me ayudan a mantenerme en un nivel de edad que, desde luego, no es el mío". "Hacen que me sienta útil, no me siento con la edad que tengo", apostilla.

Para Sánchez-Campillo el trabajo, lejos de constituir una carga, ha resultado más un premio, una bendición: "Cuando se ha tenido un trabajo como el mío, la idea de jubilación no es entendible, siempre he disfrutado ejerciendo mi profesión".

Aclara que siempre ha tenido su trabajo como un servicio, y que eso es lo que le ha impulsado a continuar ejercitándolo: "Siempre he considerado que mi labor tenía un fuerte componente de servicio, y, en mi caso, al consumidor, por eso ahora, jubilado, sigo prestando un servicio, ofreciendo las experiencias que he tenido a lo largo de mi vida y poniéndolas a disposición de los demás".

La lectura de la tesis doctoral será sin duda la culminación a ese espíritu de servicio que han presidido sus actos durante toda su vida.

Pedro Sánchez-Campillo comenzó su formación en el Centro Tecnológico Nacional de la Conserva y Alimentación cuando todavía era Asociación de Investigación de la Industria de las Conservas Vegetales (AICV), fundada en 1962 para dar a conocer a las empresas las novedades del sector agroalimentario. Posteriormente trabajó en el sector privado hasta su jubilación en 1999, año en el que volvió al Centro de sus orígenes.

"En el Centro no soy personal de plantilla, pero gozo de la confianza de quienes trabajan en él, y me preguntan sobre los problemas que van surgiendo". Y hasta tal punto goza de la confianza de sus miembros que han decidido nombrarle socio de honor de la Asociación de empresarios del Centro por sus aportaciones.

Un fruto con muchas posibilidades

En su tesis, el doctorando defiende que, dadas las propiedades excepcionales del limón, el fruto puede sustituir a ciertos aditivos químicos en la elaboración de confituras de frutas, lo que constituye un logro en el aprovechamiento integral del limón y la obtención de un producto con excelentes perspectivas de consumo por su bajo contenido energético.

Los ensayos realizados en la tesis han permitido elaborar tres clases de confituras –una de ellas sin azúcar, apta para diabéticos-, todas ellas de óptima calidad y con un sabor apto para los paladares más exigentes. Sánchez-Campillo destaca además que la corteza de limón tratada ofrece un amplio abanico en la industria alimentaria para la preparación de purés de frutas y verduras, pastas, sopas, salsas, crema pastelera, bases de helados, etc.

Este sitio web utiliza cookies para facilitar y mejorar la navegación. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso. POLITICA DE COOKIES