Movilidad sostenible para todas las semanas y todos los barrios

La Semana Europea de Movilidad (SEM) representa una oportunidad para mostrar a la ciudadanía los beneficios de las actuaciones en materia de movilidad sostenible, al tiempo que se promueven cambios en los hábitos de desplazamiento tanto en la esfera pública como en la privada. Además de su vocación educativa, el balance interanual de la misma debería contemplar el incremento en el número de personas que acceden al núcleo urbano en bicicleta, transporte público o andando, así como el número de coches que se han eliminado del centro de la ciudad, sin olvidar la evolución del ruido y de la calidad del aire que respiramos.

El lema de la SEM de 2017 "Compartiendo llegarás más lejos" supone una apuesta provocadora que enfrenta directamente el todopoderoso imperio del vehículo privado a las necesidades colectivas. España es el país del mundo en el que se ha producido un mayor incremento de los usuarios de la bicicleta. Este fenómeno ha sido aprovechado por ciudades como Sevilla, Valencia, Zaragoza, Vitoria, etc. en donde la transformación urbana ha empezado a dar sus frutos en la economía y la calidad de vida de sus vecinos. Sin embargo, en Murcia la recuperación del espacio público para las personas choca en primera instancia con la historia del diseño urbano. Desde la creación de la Gran Vía escultor Francisco Salzillo en los años 50 del siglo pasado hasta el desarrollo de los centros comerciales del norte de la ciudad, pasado por las zonas de expansión, todas las actuaciones urbanísticas han tenido al automóvil como eje central. De esta forma, además del impacto de dichas políticas sobre el patrimonio histórico y natural, el coche ha ocupado el 80% del espacio público, a pesar participar solamente en el 29% de los desplazamientos urbanos de las grandes ciudades. Al mismo tiempo, en todas las ciudades europeas la presencia del ferrocarril en el núcleo urbano supone una herramienta fundamental para garantizar la intermodalidad y el acceso al mismo desde cercanías, media y larga distancia. Por el contrario, hasta la fecha la llegada de la alta velocidad a Murcia va a suponer un vergonzante muro que condena al aislamiento a una población cuyo único delito ha sido vivir al sur de las vías.

En este contexto, con la peor red ciclista de España (OCU, marzo de 2017) y las lamentables consecuencias sobre la seguridad, la creación de un carril bici periférico de 7 km no es un problema en sí mismo, pero para que forme parte de la solución tendrá que estar conectado con las vías ciclistas que se dirijan al núcleo urbano. La reacción de una parte de los usuarios del coche frente a la creación de carriles bici pone de manifiesto la necesidad de explicar claramente los objetivos de una política global de movilidad. La nueva red de carriles bici proyectada, y presentada con cierta nocturnidad el pasado mes de agosto, permitirá la conexión de los carriles bici de la zona noreste de la ciudad. De manera que, una vez acabadas las vacaciones, las autoridades municipales deberán dejar claro que ante las necesidades de peatones, bicicletas, transporte público y automóviles hay que priorizar sin ambages aquellas que benefician a la colectividad. La peatonalización, la pérdida de aparcamientos y las limitaciones de acceso del automóvil tienen como objetivo principal disminuir la presencia del coche en el núcleo urbano y deben ir acompañadas de alternativas viables de transporte público. Así, la capacidad de informar de las ventajas de dicho planteamiento es la mejor vacuna frente a la reacción cortoplacista del ciudadano al que se ha estimulado secularmente a estacionar su vehículo en el centro. Porque, más allá de las dificultades logísticas, el cambio de mentalidad es el principal escollo que presentan las políticas de movilidad sostenible; el individualismo intrínseco al uso del automóvil convierte erróneamente en un derecho adquirido la ocupación del espacio público, obviando su impacto negativo sobre la comunidad.

Y si de sostenibilidad se trata, la credibilidad presupuestaria es uno de los pilares fundamentales a la hora de priorizar actuaciones. Si la peatonalización de la primera fase del paseo de Alfonso X El Sabio alcanza finalmente un coste de 3 millones de euros, cabe enfrentar a dicha cantidad el coste de los todos los carriles bici proyectados, el incremento de las líneas de transporte público desde las pedanías y el resto de medidas que, a pesar de no ser tan llamativas a la hora de su inauguración, podrían facilitar la vida a un gran número de vecinos de diferentes barrios del municipio.

Por todo ello, en la SEM de 2017 hay poco que celebrar y mucho que explicar a los vecinos de Murcia para conseguir sumar esfuerzos individuales en pro del beneficio común.

Este sitio web utiliza cookies para facilitar y mejorar la navegación. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso. POLITICA DE COOKIES